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En este blog vamos a hablar de una artista de la fotografía del siglo XX .

Diane Arbus fue la fotógrafa de la gente diferente.

Utilizó modelos tatuados y fotografiados por ella para su obra.

Diane Arbus nació en Nueva York y fue la fotógrafa de lo diferente.

Sentía atracción por gente de aspecto poco convencional y socialmente rechazada.

Fue conocida como la fotógrafa de los freaks.

En esa época la gente tatuada se la consideraba fuera de lo normal, era gente atípica, eran freaks.

Freaks tatuados y fotografiados.

La mayoría de la gente que en esos años llevaba muchos tatuajes trabajaba en circos y ferias o eran marineros.

El tatuaje no estaba bien visto y por supuesto no era algo cool ni socialmente admitido.

Hoy en día todo el mundo esta muy tatuado, sobre todo en la cultura occidental.

Cantantes, gente del mundo del espectáculo, deportistas, personas de a pie y nos encanta, lo vemos normal e incluso moderno.

Y también nosotros somos tatuados y fotografiados como hizo Diane hace décadas.

Pero Diane Arbus empezó a fotografiar a estas personas tatuadas porque eran diferentes.

Su trabajo muestra una belleza incuestionablemente que la sociedad no es capaz de ver.

Pero ella pronto detectó en los sujetos fotografiados algo que nadie más parecía observar.

Su inspiración llegó con la película Freaks de Tod Browning, que os la recomiendo si no la habéis visto, y se dedicó a buscar «gente extraña» por los barrios marginales de Nueva York.

Buscaba personajes carismáticos y aterradores para sus fotos y conseguía retratar la belleza de cada uno de ellos.

Era muy importante que sus modelos miraran a la cámara directamente.

No escondía la cámara, no disimulaba: entendía que la foto era un trabajo en colaboración con el fotografiado.

Siendo imprescindible que la persona retratada supiera que estaba siendo fotografiada.

Y así conseguir esa pureza que casi nos deja ver el alma de esas personas.

Y a la vez les hacía parecer más raros, casi desquiciados, aunque para ella eran «genios» y los adoraba.

Lo diferente en ellos les elevaba un peldaño sobre la humanidad corriente.

Entre sus modelos se encontraban prostitutas, transexuales, enanos, gigantes, freaks, gemelos, siameses y también tatuados.

Tienes que saber que la gente normal fotografiada por ella pasaba a ser extraña.

La apasionante y celebre fauna marginal de los suburbios de Nueva York fueron  su obra

Retrató como nadie la excentricidad y el universo de los extravagantes, de los diferentes, y los escenarios sórdidos.

Se suicidó a los 48 años, después de una vida agobiada por la angustia y la depresión.